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Nadie decide nacer refugiado

Mustafá, refugiado sirio: "Nosotros respiramos pero no vivimos, vivir es otra cosa"

¿Qué ocurre al otro lado del Mediterráneo?
Principales rutas de los refugiados
Playas de plástico

3.700 kilómetros son los que separan Siria de Alemania y, según ACNUR, esa es la distancia que se han visto obligados a recorrer 4 millones de refugiados sirios. Familias enteras al abandonar sus hogares deben emprender un viaje incierto que durará semanas o incluso meses. Con lo puesto y algunos objetos personales empiezan un camino hacia los países más ricos y prósperos de Europa, como Austria o Alemania. Pero durante su ruta, se encuentran con toda clase de problemas y obstáculos físicos y burocráticos con las autoridades fronterizas de los países, la policía y los ciudadanos. Ante la desesperación y el miedo, los refugiados acuden a los traficantes de personas, quienes les proporcionan documentos de identidad europeos falsos o transportes inseguros a cambio de altas cantidades de dinero; poniendo así en peligro sus vidas. La ruta de los balcanes es la principal entrada oriental de los refugiados, sin embargo debido a las nuevas respuestas de retención, mediante el cierre de fronteras, y repatriación provoca una gran concentración de inmigrantes entre fronteras

Tener un pie fuera de la guerra para volver a meterlo 

La mayoría de hombres, mujeres y niños navegan sin rumbo en embarcaciones de pésimas condiciones sin saber nadar, poniendo en peligro sus vidas.  Llegan aterrorizados, hambrientos, inconscientes y muertos de frío después de pasar horas en el mar.

Tras el desembarco, los ayudantes de las ONGs los rescatan y les proporcionan mantas térmicas, ropa seca y comida en el momento de abandonar las barcas, justo cuando estas están a punto de hundirse. Estos voluntarios logran evitar accidentes como el del 27 de octubre, cuando una lancha de 300 personas volcó. 

Iñaki Herrera, estudiante universitario, se apuntó como voluntario en la isla de Lesbos para ayudar en la isla, donde la situación es crítica. "Trabajaba todo el día junto con personas de todo el mundo y de diferentes oficios, dese bomberos a jubilados. Allí no existía el descanso ya que no paraban de llegar botes en malas condiciones con más de 50 personas, entre ellas niños y mujeres embarazadas que a veces daban a luz en la propia playa. Asustados, muertos de frío, hambrientos y agachados llegaban a las costas de Lesbos. Me impresionó que a muchos de ellos se les tratara como a delincuentes y en consecuencia eran enviados a comisarías donde las condiciones de vida no eran las adecuadas". 

 

 

Las deportaciones han comenzado. La UE ha empezado a enviar refugiados a Turquía, declarado país seguro a pesar de las denuncias de malos tratos a los inmigrantes. Madrid, Atenas y Lesbos han cumplido a rajatabla el acuerdo pactado entre la UE y Turquía enviando a los primeros refugiados el pasado lunes 4 de Abril. Europa ha aclarado que ninguno de los deportados había pedido el asilo. Frontex, la Agencia Europea para la gestión de la cooperación operativa en las fronteras exteriores de los Estados miembros de la Unión Europea, aclaró que las deportaciones se iban a paralizar debido a la queja de muchas ONGs y de la ONU, quien define vergonzosa la respuesta de Europa a los refugiados.

 

¿Invasión territorial o crisis humanitaria?

Cada día vemos en las noticias la llegada de nuevos refugiados a las costas de Grecia e Italia. Viajan sin rumbo y tienen un futuro incierto y negro.

¡Nadie se merece estar en esta situación! Estas personas son sometidas a recorrer miles de kilómetros. Todos ellos huyen de la guerra de Siria, de la violencia, de las amenazas del Estado Islámico y de las persecuciones religiosas y políticas  con un mismo fin: encontrar cobijo y disfrutar de una vida mejor y digna en Europa. Han perdido la esperanza de que la guerra acabe, y si este final llega algún día, no creen que en una dictadura puedan vivir en paz y armonía.

En una encuesta que se les hizo a los refugiados que residen actualmente en Alemania (aproximadamente 900 sirios), el 70% de ellos respondió que esta huida y el panorama actual en su país, se debe a Bachar El Asad, el presidente sirio.

 

¿Vidas de seres humanos o simples cifras?

Los refugiados también son personas. Estamos ya acostumbrados a oír en el telediario, en la radio y en otros medios de comunicación las cifras de muertes, de desplazados, de heridos, de mutilados..., pero esto tiene un límite. Nos cuesta ver que los países que más recursos tienen para ayudar a los exiliados sean los que menos los ayudan.

Alemania ha prometido casi 40.000 plazas de asilo a los refugiados, siendo el país motor de la UE. Otros países de un potencial económico alto, como Rusia, Japón o Qatar, no han ofrecido ninguna plaza de reasentamiento.

Estos datos dan que pensar ya que está en nuestras manos el influenciar a nuestros gobiernos para el cambio. 250.000 refugiados han muerto y otros 13,5 millones necesitan ayuda. No esperemos a que otra imagen de un niño muerto en la playa nos haga reflexionar. 

¿Qué le pasa a Europa?

Ya son siete las vallas que la UE ha levantado para frenar la oleada de refugiados. Esta parece ser la única solución que se le ocurre a Europa. A pesar de que algunos de los países que la constituyen están abriendo sus puertas hacia los inmigrantes, esto no es suficiente para hacer frente a esta gran crisis. La falta de dinero no permite acoger a muchos de ellos y por lo tanto se quedan estancados en las fronteras de aquellos países que han decidido poner las vallas. La más importante está en Grecia e impide que casi 36.000 refugiados puedan pasar a Macedonia.

La UE acordó en septiembre acoger a 160.000 exiliados de los cuales solamente 583 han sido reubicados. Tras el pacto con Turquía parece que la situación "mejora" y ya no llegan tantos barcos a las islas de Grecia. No obstante, el principal problema actualmente es la acumulación de inmigrantes en estas fronteras.

Europa se encuentra ante la mayor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial, como consecuencia de las miles de personas que llegan en busca de una vida más segura. Los refugiados merecen la protección de la UE, según el derecho de cobijo. Denunciamos que los países europeos no están respondiendo de forma correcta a la crisis humanitaria que se está generando y agravando. Es vergonzoso que Europa se vea incapaz de acoger a las 200.000 personas que han llegado en lo que va de este año 2016, teniendo las infraestructuras y fuentes económicas suficientes. Cabe destacar que estas personas huyen en busca de un espacio seguro. Sin embargo, encuentran campamentos obsoletos, en malas condiciones y donde la mortalidad, causada por infecciones, enfermedades o accidentes de armas, es elevada.

Entrevista a Javier Cañada de Médicos del Mundo

NO VIVAS PARA AYUDAR, AYUDA PARA VIVIR

Somos seres humanos y la humanidad es una capacidad para sentir afecto, comprensión o solidaridad hacia las demás personas. 

Javier Cañada, vicepresidente y tesorero de Médicos del Mundo Navarrra, responde a una serie de preguntas sobre la crisis humanitaria de los refugiados.

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